El Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche es un conjunto de suaves cadenas montañosas de media altura. Gracias al excelente estado de conservación de sus dehesas de encinas y alcornoques, que son el hábitat natural del principal recurso de la comarca, el cerdo ibérico; fue declarado Reserva de la Biosfera en el año 2.002.
Junto a la dehesa, podrás encontrar una amplia extensión de bosques centenarios de castaños únicos en Andalucía, que conviven con otras especies típicas del bosque mediterráneo, como son: el roble melojo, el madroño o el lentisco. Todo este paisaje está regado por una extensa red fluvial compuesta por las cuencas hidrográficas del Guadalquivir, Guadiana y Odiel.
El Sendero “Rumor del Agua” se trata de un sendero circular, de unos 8.6 Km. A su vez, se creará la posibilidad de acortar el recorrido mediante una variante de unos 5.5km para familias que vengan acompañados de niños pequeños o no estén habituados a la realización de recorridos más extensos, calificándolo con un nivel técnico de dificultad baja. El recorrido total de ambas variantes, harían un total de 11km.
Como característica principal de este sendero, encontramos su variedad paisajística, así como el agradable sonido del agua en la mayor parte de los tramos. Cruzaremos el Rio Múrtigas por varios puntos y seguiremos el cauce de la Ribera del Jabugo al final de la ruta. Un lugar paradisiaco, repleto de saltos de agua y cascadas, con una vegetación y fauna única.
El sendero, iniciará su recorrido en la Plaza de la Glorieta; Plaza ubicada en la Avenida de los Carpinteros, en la entrada del municipio, donde los senderistas dispondrán de una amplia zona de aparcamientos de vehículos.
En un primer tramo, seguiremos el sendero Galaroza-Fuenteheridos, parte del camino conocido como el “Bosque Encantado”. El sendero discurre por un terreno suave, en su inicio pasaremos por una zona de huertas, cruzaremos el Río Múrtigas por primera vez en el sendero y nos adentraremos en un bosque donde encontraremos además de los característicos alcornoques, encinas y castaños; algunos tramos de bonitos bosques de pinos.
Al llegar al primer cruce de caminos, continuaremos por el Camino de la Cruz del Pobre y enlazaremos con el Camino Jabugo-Fuenteheridos, dirección Jabugo. Un camino que discurre entre castaños centenarios. A mitad del mismo, justo en el cruce con el Camino Galaroza-Castaño del Robledo, tenemos la opción de tomar una variante más corta, dirección Galaroza por el Camino de la Ribera del Pino. Antes de optar por la variante más corta, podremos observar el Pino de La Atalaya, un árbol de grandes dimensiones azotado por los últimos temporales, un lugar idílico para fotografiar y descansar.
Una vez realizada dicha parada, se bajará por una zona de pinar hasta la localidad. Disfrutaremos de nuevo de paisajes típicos de zonas de agua, la seña de identidad de Galaroza nos acompañará a lo largo del recorrido, en este punto cruzaremos de nuevo un puente sobre el Rio Múrtigas a su paso por Galaroza.
En el caso de optar por la variante más larga, continuaremos por el sendero Jabugo-Fuenteheridos y enlazaremos con el sendero señalizado SL-A129 Ribera del Jabugo, dirección Galaroza. Atravesaremos una zona de ribera, alimentada por el Río Múrtigas, que recibe el nombre de Ribera del Jabugo. Cauce cuyo nombre hace alusión a la población vecina y que su etimología se debe a los bosques de saúco existentes en la zona.
La gran diversidad vegetal y lo exuberante de la vegetación, convierten este itinerario en uno de los más representativos y espectaculares del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
El ambiente es umbrío y húmedo, lo que se refleja en la fauna y la vegetación que nos rodea. Gracias a los saltos y cascadas, disfrutaremos del rumor del agua en esta última parte del sendero, fundamental para hacer honor a su nombre.
Entraremos de nuevo en la localidad de Galaroza, en este caso por la zona baja, concretamente por el Paseo de Venecia. Una vez finalizada la ruta, podremos ir al encuentro de nuestro vehículo adentrándonos en el corazón de la localidad, disfrutando de este modo, de nuestro patrimonio cultural y gastronómico. Recorrer las muchas fuentes y regaderas características de la localidad, haciendo alusión a nuestro oro líquido, el agua.